miércoles, 14 de noviembre de 2007

Semana gris para el deporte...

Tras los detestables sucesos acontecidos el pasado fin de semana en Italia y que se cobraron la vida de un joven aficionado al fútbol, la ola de violencia en el deporte no ha cesado. Ahora le a tocado el urno a Yoav Lizstein, agente de seguridad de la cancha del Hapoel Jerusalén, quién perdió tres dedos de su mano derecha tras intentar retirar del parqué un petardo lanzado desde la grada.
Lizstein ya lo había cogido y procedía a retirarlo cuando de repente estalló en su mano. El herido fue atendido a pie de cancha por el personal médico del Malja Arena y posteriormente fue trasladado al hospital Hadassa, donde fue intervenido quirúrgicamente de su mano.


La violencia ha de cesar del deporte a nivel mundial, y a poder ser, de la sociedad. Si en algún ámbito debería de ser totalmente rechazada la violencia, ese debería de ser el deporte, que teóricamente, debe trasmitir otros valores como la cordialidad, la limpieza o la honestidad. Desde aquí todo el apoyo a aquéllos que se dejan la piel para ocasionar la desaparición de la violencia de todos lo escenarios donde se practica deporte. El deporte y la violencia no pueden caminar de la mano. La mayoría de personas ya lo saben, pero aún queda hacerselo ver a esa molesta y desestabilizadora minoría que combierte al mundo del deporte en el escenario idóneo para dar rienda suelta a sus frustraciones interiores en forma de violencia. ¡¡NO A LA VIOLENCIA!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que triste a lo que puede llegar alguna gente en este mundo del deporte donde lo que precisamente falta es la deportividad.