La Selección Española logró el pasado sábado imponerse 1-3 a Dinamarca en feudo danés, con lo que casi aseguró su presencia en la próxima Eurocopa de Austria y Suiza (sólo una demencial actuación de los de Luis Aragonés en los dos partidos que restan podría alejarnos de esa meta). La roja consiguió imponerse con autoridad y consiguió hacer tres goles de muy bella factura. Tras esta victoria, todos los que auguraban la destitución de Luis Aragonés y un verano en blanco para los nuestros ahora hacen gala de un oportunismo descarado y se apuntan al carro del "joga-bonito", del "tiki-taka" y de los "jugones". Ahora somos imparables y tenemos un equipo lleno de estrellas.
Cierto es que nuestro combinado nacional cuenta en sus filas con jugadores de contrastada calidad y que en ocasiones se muestran al nivel de los mejores jugadores de Europa. Este es el caso de los Casillas, Sergio Ramos, Puyol, Iniesta, Silva, Cesc, Torres...y algún otro. Además, también cuenta con enormes futbolistas que no suelen ir en las listas de "el sabio". Este grupo de la polémica lo conforman jugadores como Raúl González, Raúl Tamudo, Morientes, Arteta, Palop, Navas, Guti, Reyes,...y un largo etcétera que en cada español sería distinto. Ahora bien, estos jugadores llevan ya mucho tiempo alrededor de la órbita de la roja, unos con más presencia, otros con menos y otros con ninguna. Pero el hecho de contar con jugadores de este calado nunca ha significado el éxito del equipo nacional.
Es cierto que en todos los mundiales y eurocopas que ha disputado Raúl nunca ha conseguido nada (al margen de ser el máximo goleador de la selección), pero al igual que él, grandiosos jugadores han vestido la camiseta española y tampoco han conseguido nada. La historia se repite una y otra vez, generación tras generación. A pesar de los prometedores títulos en categorías inferiores, el combinado español nunca consigue reunir una hornada de futbolistas que logren ser competitivos a nivel internacional. Unas veces el miedo a ganar, otras el árbitro, otras el mal juego, otras las ocasiones erradas. Siempre hay algo que se cruza en el camino español hacia la victoria.
Por eso, no hay mejor tesoro que la experiencia, que lo ya vivido. Por muy buenos jugadores que tengamos y por muy buenos partidos previos a las competiciones que disputemos, la ilusión de ser campeones en la próxima Eurocopa debe ser comedida. No digo que no se pueda soñar, que se puede, pero hay que tener los pies en el suelo y pensar que tantas veces como hemos soñado, nos hemos despertado de la peor de las maneras, haciendo la maleta tras perder en cuartos. Por ello, no debemos de caer de nuevo en la trampa del "tiki-taka". Tal vez, si de una vez nos despojamos de ese extremismo de amor-odio que se vive con nuestra selección y vamos pasito a pasito sin ilusiones exageradas, tal vez entonces, podremos competir de igual a igual con los grandes y logremos vencer.